miércoles, 24 de septiembre de 2014

Esa noche parte 2


Chedza in Heaven

Empezaste a llamarme todos los dias al trabajo, ibas por mi para comer, al salir, empezamos a buscar las maletas para tu viaje, te fuiste unos dias a tramitar pasaporte y la visa, regresaste y faltaba 2 semanas para que te fueras, saliamos a bailar, al cine, nos reuniamos con varios amigos que empezaron a organizarte despedidas, fuimos a todas ellas, carne asada en una, balnearios, cenas, bares, pero en todas ellas me mantenías junto a ti, cuando me iba a platicar un rato con otras personas me buscabas con la mirada, cuando nos despediamos de los amigos saliamos a caminar sin dejar de abrazarnos, besarnos, o tomados de la mano, hablabas de lo mucho que tenias que practicar frances y mejorar tu ingles, me preguntabas si despues de estas semanas no habia cambiado de parecer en dejarte ir, y te dije que no, era la primera vez que estabamos dejandonos llevar por el momento, yo habia tomado la decision de irme un tiempo a monterrey posiblemente estudiar allá, asi que solo nos dejariamos llevar y tendriamos un hermosos recuerdo de lo que tuvimos, fuimos a caminar, al parque para ver un atardecer, ya estaba casi vacío, asi que llegamos al fondo en donde esta la pista de patinetas y un pequeño local abandonado, me recargaste contra la pared y nos metimos ahi, nos sentamos en el piso y empezamos a besarnos, entonces yo me senté en tus piernas y empece a restregar mi entrepierna contra tu miembro, subiste mi blusa, y te levantaste besando mi senos por encima del sosten, lo hiciste a un lado y lo mordiste, gemi, y tome tu mano para que acariciaras el otro seno, me restregaba en un vaiven en tus caderas, empezamos a sentir la agitacion de nuestros corazones. Desfaje tu playera para acariciar tu torso libremente, fue el segundo faje que haciamos en un lugar público, cuando terminamos, nos arreglamos las ropas y salimos, ya estaba oscuro, y no habia nadie, asi que caminamos a la salida y al auto;

Dejamos de vernos por unos días  antes de tu partida, para estar con tu familia, decías que te encantaría que los conociera pero yo te decía que era mejor que no, porque sabíamos que lo nuestro solo iba a durar unos  días más, a 3 días antes de tu partida, llegaste de sorpresa a la hora de la salida de mi trabajo, me emocione al verte, llevabas una camisa azul marino y unos jeans, el cabello algo despeinado, y una flor en la mano,  me abrazaste y nos besamos, y  fuimos a cenar al restaurante del pasillo del centro, caminamos por los alrededores y en una de las calles que estaba mas sola me arrinconaste contra una de las puertas y me besaste,  como aquella primera vez,  empezó a llover, me tomaste de la mano y corrimos al estacionamiento donde habías dejado el auto, me llevaste a tu casa, y nos pusimos a mirar la lluvia por el ventana, entonces me rodeaste la cintura con tus brazos y me besaste el cuello y me pediste que me quedara esa noche, que sería la última vez, me susurrabas al oído que querías tenerme una vez en tus brazos, que recordara tu aroma, tus caricias y tus besos, que no fueras algo pasajero, mientras deslizabas tus manos suavemente por mi cintura, abdomen, caderas, y subías hasta llegar a los tirantes de mi blusa, lentamente lo deslizabas junto con el tirante del sostén,  mientras me decias al oido lo tanto que habias soñado con tenerme asi, recorrer nuevamente cada parte de mi  cuerpo con tus manos, tus labios y aliento, deslizaste mi blusa y el sostén sin desabrochar, seguiste para abrir desabotonar la falda y  la pantaleta, me dejaste completamente desnuda, te detenias a besar cada rincón, desde el cuello, senos, vientre, llegaste a mi vagina y tus dedos ya estaban jugando con mis labios, tus labios quedaron frente a mi monte de venus y tus manos empezaron a acariciar mis glúteos, empezaste a besar, pusite una de mis piernas en tus hombros y empezaste a mordisquear, succionar, lamer, tu lengua me penetraba como queriendo perderse,  besaste mis muslos, hasta llegas a los pies, subiste nuevamente y nos besamos, mientras sentía tus manos acariciar mi cuello y deslizándose a mi espalda y glúteos, empece a desabotonar tu camisa, de las mangas, despues deje descubierto tu pecho, la saque de tu pantalón, quite el cinturón y abri tu pantalón, bese tu cuello, baje a tus pectorales y los mordique, mientras baja los pantalones y el bóxer ajustado,  baje lentamente y acaricie tu miembro, lo empece a besar, y lo introducia lentamente en mi boca, poco a poco sentía como crecía, escuchaba tus gemidos de placer, asi  que lo empece a succionar suavemente  y  lo apretaba con mis labios, acariciaba tus testículos,  tus glúteos,  y espalda baja, cuando de repente me alejaste y  me levantaste en tus brazos,  me recargaste contra la pared y levantaste mi pierna, entonces me masturbaste con tus dedos, cuando me sentiste mojada, me rozabas  con tu pene, mientras me decías al oído que todo estaría bien,  me cargaste y me llevaste a la cama mientas nos seguíamos besando, entonces fue cuando sentí como penetrabas lentamente,  me sujete a tu espalda, la arañaba, y fuiste penetrándome cada vez más lento hasta sentir que estabas totalmente dentro de mí,  me besabas, acariciabas, y me decias que asi querias tenerme, recordar cada momento, que no cerrarías los ojos porque querias verme disfrutar, llegar,  me levantaste y quede sentada sobre ti, entonces empece a apretar mi vagina cada vez que penetrabas,  te recosté, y me puse a girar mis caderas para sentirme mas, giramos nuevamente y quedaste sobre mi, sentía que estaba llegando y lo sabias, por lo que me penetrabas mas rápido y fuerte. Empece a gritar tu nombre, y tú el mio, cuando llegamos, quedamos recostados, me recargaste a tu pecho, entonces dijiste que no querías que amaneciera, cuando desperté ya tenías el desayuno listo, me besaste, y  cuando terminamos de comer, me tomaste de la mano y tarareaste nuestra canción, y me llevaste al baño, repetimos la pasión en la ducha, y en la cama, nuevamente nos bañamos abrazados, nos vestimos, te acompañe a entregar las llaves del departamento que rentabas, el carro se lo dejaste a tu primo, y te acompañamos a la terminal, hasta el momento en que te despediste, me decías que te pidiera que te quedaras, y solo te bese tiernamente. Prometimos que si después regresabas me buscarías y que esta vez no sería pasajero.




Una de esas noches en que no puedes dormir, por pensar en ese alguien, sobre todo cuando estás sola,  ese día fue la primera vez en mucho tiempo que soñé contigo, y regrese al momento en que pasamos de amigos a algo más,  después de casi 1 años de decidía por ambos, se presentó el momento en que pusiste las cartas sobre la mesa,  estaba en el techo de mi casa leyendo un libro, como el árbol de durazno que teníamos en el jardín me ocultaba de los curiosos, me encantaba estar ahí, me encontraste y subiste sin que me diera cuenta, sabias como me perdía en la lectura,  note tu presencia hasta que mi gato se bajo de mis piernas para saludarte, no se cuánto llevaba ahí arriba, pero casi terminaba el libro,  era sábado casi pasando el medio dia, me dijiste que realmente te gustaba, yo te respondi con un tu también me gustas, te sentaste junto a mi, me rodeaste con un brazo y yo solo me recargue, levantaste mi cara y me besaste, fue tierno,  me quede sorprendida no sabia que decir o que pensar, y me volviste a decir en serio me gustas, y bajamos del techo,  empezamos a platicar de otras cosas, evitando hablar de lo que habia pasado,  seguias llendo por mi a la escuela, los últimos días de clase, y los mas pesados, entre la organización de la graduación , examen de ingreso a preparatoria, los trabajos finales, tenia poco tiempo para pensar en otra cosa, asi que llego otro fin de semana y tenia un libro que leer para entregar la siguiente semana, asi que nuevamente me subi al techo a perderme en la lectura, llegaste mas temprano, sabia que estaba sola, me besaste en los labios y empezamos a jugar con el gato,  entonces nos acostamos en el piso del techo y me besaste, poco a poco sentía como te ponías sobre mí, deje que tus manos acariciaran mi cuerpo , metías tu mano bajo mi blusa, y con la otra mis piernas, empecé a sentir la agitación de tu respiración,  nos dejábamos de besarnos, pero era fantástico lo que hacia estremecer mi cuerpo, a pesar de traer las ropas parecía que estuviéramos siendo uno. Cuando terminamos estábamos sudando, agitados, y solo nos recargamos para recuperar el aliento, cuando bajamos del techo ya estaba oscureciendo,  bajamos y hablábamos como si nada hubiera pasado. 

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